Las plantas de interior son compañeras invaluables en nuestros hogares, no solo por su capacidad para purificar el aire, sino también por el ambiente de calma y frescura que aportan. Sin embargo, cuando llega el invierno, estas plantas suelen enfrentar un conjunto de desafíos propios de la temporada, como las bajas temperaturas, la reducción de la luz solar y los cambios en la humedad. Estos factores pueden afectar el bienestar de las plantas si no se toman las medidas adecuadas, por ello, comprender las necesidades específicas de cada planta durante esta estación es fundamental para mantenerlas en óptimas condiciones.
El invierno trae consigo un cambio en las dinámicas del hogar, ya que el uso de calefacción y la menor ventilación generan un entorno que no siempre es favorable para las plantas. A menudo, estas enfrentan un aire más seco y fluctuaciones de temperatura entre el día y la noche, lo que puede provocar estrés en sus tejidos. En este contexto, adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y ajustar los cuidados resulta indispensable para que nuestras plantas sigan siendo un elemento vibrante en la decoración y el bienestar del hogar.
En este artículo se ofrece una guía práctica y detallada sobre cómo cuidar plantas de interior en invierno, explorando aspectos clave como la luz, la temperatura, el riego y otros cuidados específicos que se deben tener en cuenta durante esta estación. Con un enfoque basado en recomendaciones probadas, podrás asegurar que tus plantas no solo sobrevivan al invierno, sino que también se mantengan saludables y llenas de vida.
Ajuste de la luz durante el invierno

En invierno, la cantidad y calidad de la luz solar disminuyen significativamente, lo que afecta a las plantas que dependen de la fotosíntesis para su crecimiento. Para contrarrestar esta falta de luz, es importante colocar las plantas en los puntos más luminosos del hogar, por ejemplo, el hecho de situarlas cerca de ventanas orientadas al sur o al este puede proporcionarles la mayor cantidad de luz disponible. Si esto no es suficiente, recurrir a luces de crecimiento artificial puede ser una solución eficaz para complementar sus necesidades lumínicas.
Además, es recomendable mantener las ventanas limpias, ya que incluso una ligera capa de suciedad puede bloquear una parte considerable de la luz. También se recomienda rotar las macetas regularmente para asegurar que todas las partes de la planta reciban luz de manera uniforme. Estas acciones, aparentemente insignificantes, no solo favorecen al desarrollo de las plantas de interior, sino que también previenen estas se lleguen a inclinar hacia un solo lado en busca de luz.
Control de la temperatura
El invierno puede traer temperaturas extremas en el exterior, pero en el interior del hogar, las plantas enfrentan otro tipo de reto como lo son los cambios bruscos de temperatura. La proximidad a radiadores o corrientes de aire frío puede causar daños a sus hojas y raíces, y es por esta razón que es importante colocar las plantas lejos de fuentes de calor directas y de ventanas que puedan dejar entrar aire helado. Mantener una temperatura constante entre 18 y 24 grados Celsius es lo más recomendable para la mayoría de las plantas de interior.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta la diferencia entre el día y la noche, puesto que las temperaturas nocturnas suelen bajar considerablemente en esta época del año, por lo que lo más conveniente es evitar que las plantas queden cerca de paredes exteriores mal aisladas. Si es posible, utiliza termómetros para monitorear las condiciones en las zonas donde tienes tus plantas y asegúrate de hacer ajustes necesarios para protegerlas.
Modificación del riego y la humedad

El riego en invierno requiere especial atención, ya que las necesidades hídricas de las plantas disminuyen con las bajas temperaturas y el menor crecimiento. La clave para prevenir problemas graves como la pudrición, es regar con menos frecuencia y asegurarse de que el agua no se acumule en las raíces. Antes de regar, verifica que el sustrato esté seco al tacto, especialmente en las capas superiores, además, utiliza agua a temperatura ambiente para evitar choques térmicos.
La humedad, por su parte, suele ser un factor problemático debido al uso de calefacción, que seca el aire, sin embargo, para contrarrestar esto, se pueden emplear métodos como colocar un recipiente con agua cerca de las plantas, utilizar humidificadores o agrupar varias plantas juntas para crear un microclima más húmedo. También es recomendable evitar el rociado directo sobre las hojas en climas fríos, ya que esto podría generar hongos si no se secan rápidamente.
Cuidado del sustrato y la fertilización
El sustrato de las plantas también requiere atención durante el invierno, ya que su capacidad para drenar el agua adecuadamente es fundamental en esta época, por lo que es recomendable revisar que el sustrato no esté compacto y permita un buen flujo de aire a las raíces. Si es necesario, se puede añadir perlita o arena para mejorar la aireación y el drenaje. De la misma manera, evita trasplantar plantas en invierno, ya que el estrés adicional puede debilitarlas aún más.
En cuanto a la fertilización, es recomendable moderarla o incluso suspenderla durante los meses de invierno, ya que las plantas entran en una etapa de crecimiento más lento o de reposo. En caso de optar por fertilizar, utiliza dosis más bajas y espaciadas en el tiempo, asegurándote de que el fertilizante sea específico para el tipo de planta y sus necesidades. Esto ayudará a mantener el equilibrio nutricional sin forzar un crecimiento no natural durante esta estación.